El User Experience suele asociarse a los procesos de investigación y diseño que buscan mejorar la interacción entre el usuario y un producto o servicio, poniendo el foco en lograr interfaces accesibles, intuitivas y capaces de resolver las necesidades de los individuos.
Sin embargo, y según el Informe del Sistema Nacional de Salud (SNS) de 2022, los trastornos de salud mental afectan a 369,5 de cada 1.000 habitantes en España. La OMS, en su informe “World mental health report: Transforming mental health for all” del mismo año, fijaba la cifra en casi 1.000 millones de afectados en todo el mundo. El estrés, la ansiedad y la depresión son las patologías más frecuentes, seguidas de las alteraciones del sueño y de la conducta alimentaria.
Así pues, y en un contexto donde pasamos casi 7 horas diarias en el entorno digital, el UX puede convertirse en una poderosa herramienta para fomentar el bienestar de los usuarios. A continuación veremos algunas estrategias para mejorar la calidad de vida y crear un impacto positivo en la vida de las personas.
1. Interacción clara y positiva
Las interfaces sencillas y que minimizan las distracciones pueden mejorar los estados de estrés y ansiedad. Permiten que el usuario reduzca su esfuerzo cognitivo, pudiendo centrarse más fácilmente en alcanzar sus objetivos dentro de la plataforma. Eliminar los componentes y pasos innecesarios, simplificar los menús, limitar la cantidad de avisos y notificaciones o incluir textos breves y directos contribuye a una experiencia más eficiente y relajada.
La interacción también tiene en cuenta el feedback que recibe el usuario en respuesta a sus acciones hacia el producto o servicio, y que le permite entender sus errores o progresos. Enfocar este recurso como una crítica puede generar frustración y repercutir sobre su autoestima y sentimientos, mientras que el feedback positivo contribuye a su satisfacción, motivación y crecimiento personal.
2. El impacto de los colores
La psicología del color estudia el impacto que tienen los distintos colores en el comportamiento, la percepción y las emociones humanas. Lejos de ser una elección meramente estética, la tonalidad de un componente despierta sensaciones y cambios en el estado de ánimo del usuario. Según un estudio publicado en la revista “Frontiers in Psychology”, los colores saturados e intensos (como el rojo o el naranja) estimulan e inducen a la acción, mientras que los tonos menos intensos (como el azul o el verde) transmiten tranquilidad y concentración.
De la misma forma, el uso de espacios en blanco permite crear descansos y reducir la fatiga visual, aligerando el esfuerzo mental que debe realizar el individuo para entender y estructurar la información. Es lo que se conoce como espacio negativo de una interfaz y resulta un elemento clave para dirigir la atención del usuario, minimizar los movimientos de sus ojos y mejorar la legibilidad.

Fuente: Blackberg Group
3. Incorporación de elementos naturales
El ser humano está biológica y genéticamente conectado a la naturaleza, por lo que el contacto con ella se vincula a la reducción del estrés y la mejora en la salud mental y física. Los aspectos que caracterizan a las ciudades y la vida urbana, tales como el tráfico, el ruido, la iluminación, la contaminación atmosférica o la alta densidad de población, generan una sensación constante de sobrecarga sensorial y fatiga en quienes viven en estos entornos.
Dicho conocimiento puede aplicarse al diseño de interfaces que hacen uso de colores, sonidos, imágenes o texturas asociadas a la naturaleza. Así pues, las formas orgánicas y los patrones que simulan el contacto con la vegetación, los animales, el agua, el cielo o la piedra fomentan un uso más calmado y placentero del producto digital.
4. Personalización y gamificación
En las últimas décadas se ha producido un cambio decisivo en las expectativas y peticiones de los usuarios, que actualmente rechazan los productos estandarizados y demandan opciones más adaptadas a su identidad y estilo de vida. La personalización logra que el usuario se sienta comprendido y valorado, refuerza su sensación de control y aumenta la satisfacción general hacia las decisiones que toma.
La gamificación, por su parte, se basa en motivar al usuario a través de un sistema de retos, niveles y recompensas. Esto le permite experimentar la satisfacción de las pequeñas metas, a la vez que puede ser consciente de su crecimiento personal y ve mejorada su autoestima. También le ayuda a gestionar la frustración ante los obstáculos, a comprometerse con sus propósitos y a consolidar buenos hábitos de constancia y resiliencia.

Fuente: Fireart
5. Diversas formas de soporte
Facilitar el acceso a soporte y ayudar al usuario dentro de una interfaz es una forma más de accesibilidad. Este puede articularse mediante una gran cantidad de recursos: desde la incorporación de tooltips o mensajes contextuales, hasta el desarrollo de tutoriales, chatbots, páginas de FAQs o foros de la comunidad. También es importante ofrecer métodos de contacto con un equipo humano, ya sea por teléfono o por email. Algunos usuarios pueden tener telefonofobia y experimentar ansiedad durante las llamadas, por lo que disponer de una variedad de opciones les permite escoger aquella con la que se sienten más cómodos.
Esta estrategia reduce el estrés y la frustración que experimenta el individuo ante un problema con el producto o servicio, ya que dispone de medios para entender lo que sucede y resolverlo. El uso de chatbots con una personalidad cercana y empática, además, permite establecer una conversación con el consumidor y ofrecer soporte emocional, mejorando su bienestar de forma fluida y natural.
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