Cómo definir un Minimum Viable Product (MVP)

¿Qué es un Minimum Viable Product (MVP)?

Un Minimum Viable Product (MVP) es un producto con el conjunto mínimo de funcionalidades que facilite a la empresa aprender lo máximo posible con el mínimo esfuerzo sobre sus usuarios potenciales, cómo resolver sus necesidades, y si estarían dispuestos a pagar por un producto que lo consiguiera.

El concepto de Minimum Viable Product o mínimo producto viable proviene de la metodología Lean Startup de desarrollo de producto, creada por Eric Ries.

Esta metodología permite el desarrollo incremental e iterativo de productos, con ciclos de desarrollo breves basados en la verificación de hipótesis con feedback e investigación de usuarios.

La principal funcionalidad del MVP es la de permitir al equipo de desarrollo de producto probar la viabilidad en el mercado de una idea de forma rápida y con un coste reducido. También es útil para recopilar información y el aprendizaje para saber hacia dónde ha de ir el desarrollo del producto.

¿Cómo se define un Minimum Viable Product (MVP)?

1. Identificar los objetivos de negocio del MVP

El primer paso para construir un MVP es identificar y entender los objetivos de negocio a largo plazo del producto que queremos construir. Esto puede ser el solucionar una carencia existente en el mercado, o simplemente el mejorar una solución ya existente, como, por ejemplo, agilizar el proceso de filtrado y selección de candidatos para vacantes en una empresa.

En cualquier caso, en este punto estamos hablando de hipótesis. El objetivo del MVP es el de validar -o no-, estas hipótesis en el mercado.

Para ello, es necesario definir objetivos concretos y medibles, usando una metodología como SMART, y definir los criterios según los cuales damos por validada la hipótesis inicial.

Un objetivo puede ser, en el caso mencionado anteriormente, reducir el tiempo de selección de candidatos un 20%. Y daríamos por validada la hipótesis del producto si es capaz de conseguir 5 clientes de pago en 1 mes, por ejemplo.

La sostenibilidad y rentabilidad del producto son criterios cruciales para determinar si continuar con el MVP. En el caso de un producto dentro de una empresa ya establecida, debemos además tener en cuenta si los objetivos del MVP están alineados con los objetivos estratégicos de la empresa. Esto nos ayudará a aprovechar mejor los recursos y tiempo de los equipos de producto.

2. Investigar las posibles implementaciones del MVP

Puede haber muchas maneras de llegar al objetivo que hemos definido para el MVP. En este punto, es importante contar con una investigación de usuario sólida que nos permita identificar:

a) Los usuarios a los que queremos ayudar.

b) El user journey o las acciones que los usuarios toman ahora para lograr sus objetivos.

c) Cuáles son los pain points del usuario y cómo cuantificar la mejora que supondría solucionarlos.

d) Qué posibles soluciones podemos ofrecer al usuario para resolver esos pain points.

Al final de este proceso tendríamos una lista de funcionalidades que nos podrían permitir cumplir con los objetivos marcados. En este punto, es necesario reiterar que el MVP es el producto mínimamente viable. Eso quiere decir que debemos incluir todas las funcionalidades necesarias para cumplir con los objetivos, pero solo las necesarias. Pasarnos de minimalistas puede comprometer la viabilidad del producto, y un exceso puede hacer que no cumplamos con el requisito de incluir solo la funcionalidad necesaria para validar la hipótesis inicial.

Para que un MVP sea viable, debería cumplir dos requisitos:

  1. El usuario es capaz de completar una tarea de principio a fin.
  2. La empresa puede comercializar el MVP.

3. Priorizar la funcionalidad del MVP

Para poder priorizar qué funcionalidades incluir antes en nuestro MVP podemos utilizar una matriz de priorización en la que tener en cuenta dos factores:

a) El impacto positivo en el user journey de la funcionalidad, definido en el punto anterior.
b) El coste de implementación.

También podemos valorar cómo de fácil sería iterar sobre esta funcionalidad con feedback de usuario, y tener en cuenta otros indicadores de investigación de usuario o del análisis de competencia que nos ayuden a establecer la prioridad de implementación de cada funcionalidad.

4. Planificar el desarrollo

En este punto lo que vamos a decidir es cómo hacer realidad el MVP. Recordemos que de lo que se trata es validar una hipótesis en el mercado, por lo que hay que tener un producto finalizado con el mínimo esfuerzo y coste.

Teniendo en cuenta los recursos y habilidades de las que disponemos y la inversión que queremos realizar para construir el MVP, puede que decidamos utilizar herramientas no code. Este tipo de soluciones nos permite construir un producto completo desde cero con una inversión inicial mínima en código y diseño.

Una vez que tengamos el MVP validado en el mercado podemos valorar la necesidad y la oportunidad de construir el producto con código propio.

En cualquier caso, necesitaremos un plan de desarrollo que nos permita evaluar el tiempo necesario para poder tener un producto listo en el mercado. Precisamente una de las ventajas de las herramientas no code es la velocidad, a costa de sacrificar flexibilidad.

Ejemplos de MVPs

Airbnb

Para validar su idea de negocio de alquiler de habitaciones y casas entre particulares, los fundadores de Airbnb alquilaron su propio apartamento a través de una web minimalista. Encontraron clientes enseguida, lo que les llevó a construir el producto completo.

Foursquare

El servicio comenzó solo como servicio de check-in con gamificación para incentivar el uso de la plataforma. Una vez que la idea estuvo validada, expandieron la idea para incluir recomendaciones, guías de ciudades y otras funcionalidades para monetizar la plataforma.

Zappos

El fundador de Zappos, una tienda online de zapatos y ropa y una de las empresas pioneras en el comercio electrónico, comenzó su empresa sacando fotos a los zapatos de las tiendas de zapatos que tenía cerca y montó una tienda online con la funcionalidad mínima. Cuando había una venta, compraba los zapatos en la tienda y los enviaba a sus clientes. De esa manera pudo probar la existencia de demanda en el mercado sin necesidad de tener stock de zapatos.

¿Listo para crear tu MVP?

Llegados a este punto ya estás listo para comenzar a crear tu MVP. Con una hipótesis para validar, y la información necesaria sobre tus usuarios y necesidades, ya puedes planificar las funcionalidades necesarias para construir un MVP que puedas llevar al mercado. Este MVP lo podrás utilizar como una herramienta útil de investigación y aprendizaje, tanto para refinar un MVP validado como para descartarlo, y probar otra solución diferente.