Hasta hace unos años, el diseño de interfaces se asociaba a la creación de software para ordenadores, páginas web y aplicaciones móviles. Pero los avances tecnológicos han dado lugar a una gran variedad de nuevos dispositivos, y cada uno de ellos presenta sus propios retos y oportunidades de interacción.
En este contexto, la popularización de los dispositivos wearables ha llevado a desarrollar nuevas estrategias para el diseño de interfaces no convencionales. Los wearables incluyen todo un conjunto de dispositivos inteligentes y que el usuario lleva consigo en su día a día, a menudo como parte de su vestimenta y accesorios. Los más habituales son las pulseras deportivas, relojes, auriculares y gafas inteligentes, aunque se trata de un mercado en constante evolución y que ya plantea el desarrollo de prendas de ropa, zapatos o anillos inteligentes, entre otros.
El objetivo de estos productos es facilitar las tareas diarias y ofrecer información en tiempo real. Están pensados para mejorar la productividad del usuario, ya que agilizan la gestión de su agenda, le dan visibilidad sobre las llamadas o mensajes y le permiten los pagos NFC, por ejemplo. Pero también pueden monitorear la frecuencia cardíaca, el rendimiento deportivo o los patrones de sueño, enviar noticias y alertas con lo que sucede cerca de su ubicación o subir el volumen de la música que suena en el smartphone vinculado, entre otras muchas posibilidades.
Características de los dispositivos wearables
Aunque hay una amplia variedad de dispositivos wearables, todos ellos buscan integrarse en el look del usuario de una manera fácil y cómoda. Por lo tanto, existen algunas características comunes y que condicionan el tipo de interfaz que es posible desarrollar:
- Uso de pantallas táctiles y pequeñas, con un espacio muy reducido para la interfaz. La interacción con la misma suele realizarse con uno o dos dedos.
- Batería y rendimiento limitados, que obligan a minimizar las funciones que consumen mucha energía y recursos.
- Realización de acciones en segundo plano, por lo que el dispositivo recibe y recopila datos sin necesidad de una interacción constante por parte del usuario.
- Integración con otros dispositivos como smartphones o tablets, que requiere construir una experiencia de usuario consistente y fluida a través de las distintas plataformas.
- Conectividad permanente, ya que dependen de la conexión Wi-Fi o Bluetooth para llevar a cabo algunas funciones.
- Utilización en una amplia variedad de situaciones, a menudo mientras el usuario se encuentra en movimiento y está poco concentrado.
Entender las características que comparten los dispositivos wearables es el primer paso para diseñar interfaces adaptadas a estos nuevos entornos, que saquen el máximo partido a sus ventajas y minimicen sus inconvenientes.
¿Cómo diseñar para dispositivos wearables?
1. Relevancia y minimalismo
Al diseñar para pantallas pequeñas, es importante detectar cuáles son las funcionalidades más relevantes y limitar las opciones disponibles. Simplificar la interfaz mediante un buen uso de la jerarquía de la información y utilizar un layout minimalista, además, acorta los flujos de navegación y aumenta la legibilidad.
Utiliza recursos como las notificaciones o la navegación lateral para incluir las funciones secundarias y no saturar la pantalla principal. También puedes emplear vibraciones, sonidos o animaciones para ofrecer una retroalimentación inmediata a las interacciones del usuario. Asegúrate de que todos los iconos y símbolos utilizados son fácilmente reconocibles, y utiliza etiquetas breves y concisas.
2. Interacción intuitiva
La interacción con los dispositivos wearables debe ser natural y fácil de entender. Por lo general, se recurre al uso de gestos simples como deslizar para navegar entre pantallas, tocar para activar un elemento o mantener presionado para acceder a opciones secundarias. También pueden incluir asistentes de voz, que permiten ejecutar determinadas funciones mediante un comando de voz y mientras el usuario realiza otras tareas.
Los menús circulares o de anillo facilitan la navegación táctil alrededor de un punto central. Su formato permite incluir una gran cantidad de opciones incluso en pantallas pequeñas, mientras que su distribución radial ofrece una buena legibilidad y reduce el tiempo que el usuario necesita para encontrar y seleccionar un elemento. En el caso de que el dispositivo cuente con botones físicos, estos deben asignarse a las acciones más importantes y que serán utilizadas con mayor frecuencia.

Fuente: GGRecon
3. Personalización y accesibilidad
El diseño UI debe garantizar que todos los usuarios puedan utilizar los dispositivos de manera efectiva, independientemente de sus capacidades físicas o cognitivas. En una interfaz reducida como la de los dispositivos wearables es esencial que los usuarios puedan modificar el tamaño del texto y de otros componentes interactivos, personalizar el brillo y contraste de la pantalla a diversas situaciones de iluminación, ajustar la sensibilidad del panel táctil o reorganizar los widgets que aparecen en la pantalla principal, entre otros aspectos.
Diseña estos entornos para que sean fáciles de usar con una mano y transmitan la información de un solo vistazo, evitando que las acciones en segundo plano interfieran con el uso principal del dispositivo y manteniendo una experiencia fluida y sin interrupciones. Utiliza una paleta de colores limitada y centrada en destacar los aspectos importantes. Reforzar la gama cromática con el uso de símbolos o textos adicionales, además, hará que la información sea comprensible para las personas con daltonismo.
4. Atención a la privacidad
Los dispositivos wearables recopilan una gran cantidad de información personal y sensible, que va desde el estado de salud del individuo hasta sus hábitos diarios, su ubicación en tiempo real o todas sus relaciones y contactos. Puesto que los usuarios suelen llevarlos fuera de casa y ante otras personas, es esencial tomar medidas para asegurar la privacidad de los datos.
Las interfaces deben pedir permiso al usuario antes de empezar a almacenar cualquier información, detallando qué datos se recopilan y cómo se utilizan. Es importante facilitar la consulta, descarga y eliminación de los datos personales, e implementar medidas como los algoritmos de cifrado y la autenticación biométrica. También puede ser útil crear lógicas que sean sencillas de entender por el usuario, como emitir una vibración antes de mostrarle un mensaje importante o esconder los datos sensibles en notificaciones desplegables.

Fuente: Biometric Update
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