El principio MAYA en el diseño de productos memorables

El diseñador industrial Raymond Loewy planteó a mediados del siglo XX el principio MAYA (acrónimo de Most Advanced, Yet Acceptable), que establecía unas bases para crear productos que fueran aceptados y exitosos. Sus ideas se basaban en lograr un equilibrio entre aquello que ya resultaba familiar para el usuario y aquello que le resultaba novedoso, extraño o disruptivo.

Este autor está vinculado al diseño de productos y marcas que han perdurado hasta la actualidad, como la icónica botella de Coca-Cola, el paquete de cigarrillos Lucky Strike o los logotipos de la petrolera Shell y el US Postal Service. También diseñó las locomotoras aerodinámicas Pennsylvania Railroad S1 y GG1, las neveras Coldspot y el interior de la primera estación espacial de Estados Unidos, entre otros muchos proyectos. Todos ellos comparten una estética que resultaba algo futurista para el momento y que buscaba una evolución progresiva en la mentalidad de los usuarios. 

Así pues, el principio MAYA evita que los diseños difieran tanto de la norma actual como para generar miedo o rechazo, a la vez que se aleja de algo tan convencional que pueda resultar aburrido y no destaque en el mercado. Aunque encontrar el punto exacto entre ambas ideas puede ser complicado, a continuación vemos cómo aplicarlo al diseño de productos e interfaces:

1. Incluye elementos reconocibles

El uso de componentes familiares para el usuario genera confianza y reduce la curva de aprendizaje, ya que el producto o servicio se percibe como similar a otros que ya conoce y entiende. 

Por una parte, es importante utilizar las librerías y patrones de diseño de la compañía, respetando las decisiones respecto al uso de logotipos, tipografías, colores o botones que definen a la marca y que permiten una asociación con la misma. Esto crea una base sólida para todos los productos de la empresa y facilita que su evolución sea coherente y creíble, ya que no responde a cambios arbitrarios de enfoque o estrategia.

Por otra parte, los elementos reconocibles también se construyen a través de una correspondencia con el mundo real y los estándares del mercado. El uso de conceptos e imágenes que ya están presentes en la vida del usuario, tanto dentro como fuera del entorno digital, tiene un gran impacto en su forma de entender un sistema. Esto incluye desde el uso de determinados gestos táctiles, la presencia del color verde para acciones positivas frente al rojo para acciones negativas, el diseño de los burger menu en el entorno mobile o el icono de un carrito en las plataformas de compra online, entre otros muchos ejemplos.

2. Plantea cambios progresivos

Las ideas sobre un nuevo producto o servicio deben validarse en función de lo preparado que esté el mercado para recibirlas. Aunque puede resultar tentador invertir tiempo y recursos en un sistema revolucionario, el principio MAYA defiende el lanzamiento de mejoras progresivas como la opción que genera mejores resultados. De lo contrario, este puede fracasar debido a la confusión y a la natural resistencia al cambio de los usuarios.

La evolución gradual evita el rediseño completo de un producto. Más bien al contrario, se centra en los ajustes iterativos frecuentes y que modifican algunos aspectos secundarios, a la vez que mantienen intactos los elementos centrales y la experiencia de usuario. 

Los cambios deben ir acompañados de una comunicación efectiva sobre los mismos: el uso de notificaciones y mensajes breves dentro de la interfaz minimiza las dudas al descubrir una modificación que no esperaban. Incluir opciones de transición entre la versión anterior y la nueva, además, permite que el usuario acepte los cambios a su propio ritmo y sin que los sienta como una imposición. 

La botella de Coca-Cola es un claro ejemplo de diseño que, mediante cambios progresivos, ha logrado mantenerse relevante durante décadas.
Fuente: CampaignUS

3. Minimiza la necesidad de instrucciones

Las guías de ayuda y las páginas de FAQ’s son un recurso ampliamente utilizado, pero también pueden ser un indicador de que el producto es demasiado avanzado o complejo. Este debe priorizar una interacción intuitiva y que solo requiera dar pequeñas indicaciones al usuario, con el fin de no generar una pérdida de confianza tanto en el producto como en las capacidades y autoestima del individuo.

El diseño de elementos visuales claros y directos, como podría ser un icono de “play” para reproducir un contenido o una lupa para buscar, ofrecen un diseño autoexplicativo y donde la persona puede aprender de forma ágil y sencilla mientras utiliza el producto, en lugar de obligarle a abandonar el flujo de trabajo para leer un manual o documento específico. 

Eliminar las opciones innecesarias o redundantes, incluir ejemplos de la acción esperada y placeholders y ofrecer un feedback inmediato que notifique de las tareas completadas con éxito y de los errores, además, reduce la ambigüedad del sistema y la necesidad de que el usuario busque explicaciones adicionales.

4. Considera los cambios de la sociedad

El principio MAYA tiene en cuenta que la situación de los mercados y la mentalidad de los individuos evoluciona con el tiempo. Prestar atención a estos cambios es clave para adaptar los productos de la compañía a la situación actual, revisando si la estrategia y progresión planificadas siguen siendo válidas o si, por el contrario, han quedado desfasadas respecto a la realidad del momento.

Hacer un seguimiento de las tendencias sociales y tecnológicas permite entender en qué punto entre lo tradicional y lo novedoso se encuentra el sistema, a la vez que ayuda a detectar tendencias que tal vez no se habían considerado (como el aumento de la conciencia ambiental, la importancia de las medidas de inclusividad o la popularización de la IA).

Así pues, quizá los cambios progresivos que había planteados para el producto estuvieran pensados para un dispositivo que ya no se utiliza, o destinados a un contexto que ya no forma parte del día a día de las personas. En los últimos años, por ejemplo, la pandemia del COVID-19 ha impulsado aspectos sociales como el trabajo en remoto y las compras online, modificando los hábitos de los consumidores de formas no previstas.

Apple ha implementado el principio MAYA en todos sus productos, analizando los cambios sociales y adaptándose a las novedades tecnológicas. 
Fuente: Medium

5. Garantiza la consistencia

Aunque los cambios se implementan poco a poco, el objetivo último del principio MAYA es lograr que el conjunto del producto alcance un punto óptimo entre lo familiar y lo nuevo. Pero la incorporación frecuente de pequeñas mejoras puede dar lugar a un producto fragmentado, compuesto por varias piezas que se perciben como distintas e independientes.

La falta de consistencia de la interfaz genera una mala experiencia de usuario y diluye la identidad de marca, por lo que es importante respetar la aplicación uniforme de un Design System. Cada iteración debe tener en cuenta las distintas funcionalidades del servicio, comprobando que las novedades tienen sentido y que no quedan elementos aislados, duplicados o incoherentes.

Finalmente, estructurar los avances mediante un roadmap u hoja de ruta aporta visibilidad y comprensión sobre la situación a un nivel global. Esto evita que queden cabos sueltos, facilitando la toma de nuevas decisiones en base al contexto general del sistema.


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