¿Alguna vez te ha pasado que una tarea se vuelve muy pesada o resulta muy complicada? ¿Te has dado cuenta que no es lo mismo realizar cualquier cosa cuando tienes sueño o te sientes enfermo? Todos estos factores aumentan la carga cognitiva.
La carga cognitiva es el esfuerzo mental que realiza el usuario durante una tarea. Engloba todo el análisis y el razonamiento que lleva a cabo nuestro cerebro para entender los textos, los colores, las imágenes o el mismo diseño de un proceso o interfaz.
La carga cognitiva varía en cada contexto y puede ser interna o externa:
- Carga cognitiva interna: se trata de la propia complejidad de la tarea.
- Carga cognitiva externa: depende de factores como el estado de ánimo del usuario, su cultura, sus conocimientos previos, el lugar en el que se encuentra o la forma en la que está diseñada o construida una web, por ejemplo.
Una carga cognitiva elevada puede conducir al usuario a una situación de ansiedad, frustración y pérdida de motivación, que a su vez deriva en el abandono de la acción o proceso en el que se encuentra. Todo ello plantea el reto de diseñar para reducir el esfuerzo mental del usuario, facilitándole la tarea y aligerando su carga cognitiva.
5 maneras de reducir la carga cognitiva de los usuarios
Conocer cómo funciona el cerebro es de gran ayuda para facilitar las tareas que debe realizar el usuario. A continuación detallamos 5 técnicas que reducen la carga cognitiva:
Divide y vencerás: el Chunking
Dividir la información en piezas más pequeñas reduce el esfuerzo necesario para retenerla. Un claro ejemplo se encuentra en los números de las tarjetas bancarias, donde una cifra larga se separa visualmente mediante bloques de cuatro dígitos.
El Chunking también ayuda a reducir la carga cognitiva cuando se aplica a un contenido textual. El diseño de encabezados y párrafos divide visualmente la información y facilita que el usuario encuentre aquello que está buscando, a la vez que reduce su fatiga ante la lectura de las partes que no le interesan. El uso de colores y negritas también puede guiar a través del diseño y facilitar la lectura diagonal.
Las ayudas contextuales, un gran aliado
Ofrecer pistas sobre lo que se espera del usuario en cada momento reduce sus problemas de comprensión. Al explicar lo que debe hacer se reduce también la posibilidad de que cometa errores y de que se sienta frustrado porque no consigue avanzar. Con las ayudas contextuales vamos un paso por delante y diseñamos teniendo en cuenta las posibles dudas o preguntas que pueden surgir durante la utilización del producto.
Estas pistas pueden incluirse en forma de iconos con información desplegable, de textos breves junto a un campo a completar o de enlaces a páginas de FAQs e información relacionada. Analizar la interacción del usuario con cada diseño es esencial a la hora de decidir qué tipo de ayuda contextual resulta más adecuada.
Los procesos mejor paso a paso
De la misma forma que el Chunking separa la información en partículas más pequeñas, la división de los procesos se basa en el diseño de un flujo con varias pantallas, que se conectan mediante el uso de una barra de progreso. Esta barra suele colocarse en la parte superior de todas las pantallas implicadas y muestra los pasos que han sido completados y aquellos que quedan por delante. Las barras de progreso son de gran utilidad para situar al usuario dentro del flujo y reducir su incertidumbre.
Este método permite que el usuario se centre en un solo tipo de información cada vez, pero mantiene la posibilidad de que retroceda, consulte y modifique sus datos con facilidad. El ejemplo más claro lo encontramos en las e-commerce, donde su proceso de pago se basa en una primera pantalla para introducir los datos personales, una segunda pantalla para indicar la dirección y el método de envío y una última pantalla para decidir el método de pago.
Sintetiza con tablas comparativas
La utilización de tablas comparativas facilita el resumen del contenido que normalmente ya se ha explicado de forma detallada. Permite sintetizar la información más relevante y crear una comparación visual entre varios ítems.
En las tablas comparativas la información se ordena por categorías o parámetros fácilmente reconocibles, que reducen la carga cognitiva del usuario y permiten entender de un solo vistazo cuáles son las similitudes y diferencias entre los distintos elementos. Resultan de gran utilidad a la hora mostrar diversas opciones e impulsan la acción del usuario.
Menos es más: Ley de Hick
Esta ley desarrollada por los psicólogos William Edmund y Ray Hyman, establece que hay una relación directa entre la cantidad de estímulos y el tiempo de reacción del usuario. Su premisa básica es que a mayor complejidad y cantidad de opciones, mayor es el tiempo necesario para tomar una decisión. Agilizar el ritmo de las interacciones contribuye a que el usuario termine el proceso y reduce la tasa de abandono.
Para aplicar la Ley de Hick es importante realizar un análisis previo que determine qué opciones son realmente importantes y cuáles no son necesarias. La reducción de elementos innecesarios puede aplicarse a todo el diseño, lo que incluye desde los elementos de navegación hasta las imágenes o las opciones de producto. En este último caso, por ejemplo, se recomienda añadir una opción de personalización en sustitución a varias opciones cerradas de compra.
En GammaUX ya aplicamos estas y otras técnicas para reducir la carga cognitiva del usuario y mejorar sus interacciones con el producto o servicio. Ponte en contacto con nosotros y buscaremos las mejores opciones para optimizar tu diseño.