6 principios UX para el diseño de dashboards efectivos

Closeup de un dashboard en una pantalla de ordenador

Los dashboards, también denominados cuadros de mando, paneles de control o interfaces de visualización de datos, son secciones que permiten acceder a una gran cantidad de información de manera visual. Dichas interfaces gráficas muestran datos, métricas o KPI’s mediante una amplía variedad de tablas y gráficos. De esta forma, los usuarios pueden consultar y analizar fácilmente los datos más relevantes, accediendo al detalle de cada una de las métricas desde un mismo lugar.

Todo ello convierte a los dashboards en un entorno complejo de diseñar, que debe ofrecer un buen equilibrio entre funcionalidad, claridad y usabilidad. Su desarrollo ha de tener en cuenta que el espacio de visualización es limitado, por lo que es importante planificar qué se mostrará y de qué manera. De lo contrario, un dashboard mal estructurado puede convertirse tanto en un recurso pobre como en una interfaz abrumadora, dificultando la comprensión de las métricas y la toma de decisiones informadas.

Así pues, a continuación analizamos las bases para diseñar dashboards útiles, atractivos y escalables.

1. Define quién lo usará y para qué

Existen tantos tipos de dashboards como usos y aplicaciones. La forma de consultarlo y los resultados esperados por parte de un académico, de un profesional de la salud o de un profesional UX, por ejemplo, serán muy distintos, por lo que resulta esencial adaptarse a lo que necesita cada perfil de usuario

Tener en cuenta quién lo va a usar y con qué frecuencia, además de cuál es su contexto y qué decisiones necesita tomar a partir de la información representada, son aspectos clave para el diseño de una buena interfaz de visualización de datos. Esta herramienta debe anticiparse a la pregunta u objetivo del usuario, ofreciéndole una solución de manera directa, comprensible y rápida.

2. Oculta y jerarquiza

Aunque los dashboards se caracterizan por facilitar una abundante cantidad de datos, mostrar demasiada información de golpe conduce a la saturación del usuario, aumenta su carga cognitiva y dificulta la legibilidad de la interfaz. Esto puede combatirse gracias a una buena jerarquía visual: mostrando primero la información más relevante y las métricas generales, pero incluyendo una progresión hacia las métricas específicas.

El usuario digital suele escanear la información mediante patrones de lectura en forma de F o Z, de manera que los datos más importantes deben situarse en las áreas superior, izquierda y central de la pantalla. 

También resulta de utilidad trabajar con 3 niveles de visibilidad, donde el nivel 1 representa aquello que se muestra siempre, el nivel 2 incluye los componentes que se muestran bajo demanda y el nivel 3 recoge los datos ocultos y muy específicos, destinados a los usuarios avanzados o que necesitan un análisis más detallado.

Los usuarios escanean las interfaces digitales mediante distintos patrones, aunque los más comunes son los modelos en forma de F y Z.
Fuente: Digital Studio

3. Escoge la visualización adecuada

Existen muchas opciones de visualización de datos que deben valorarse en función del objetivo del dashboard, así como del tipo de métricas que contiene. Su diseño necesita tener en cuenta el nivel de alfabetización y familiaridad tecnológica del usuario, escogiendo el formato que favorezca la claridad y la eficiencia por encima de la estética. 

Evitar el uso de componentes 3D, así como de relieves, sombras o gradientes de color, reduce las distracciones y mejora la legibilidad. Algunos tipos de gráficos que pueden utilizarse son:

  • Gráficos de líneas. Son útiles para ver la evolución de los datos con el paso del tiempo. Muestran continuidad y permiten detectar los puntos más altos y bajos con facilidad.
  • Gráficos de barras. Pueden ser horizontales o verticales, facilitando la comparación entre distintos valores o categorías. Pueden transformarse en gráficos de barras apiladas para incluir información más compleja.
  • Gráficos circulares o de pastel. Permiten mostrar los porcentajes relativos a una cantidad total, pero dificultan la comparación .
  • Tablas. Se utilizan para mostrar números detallados y permitir la consulta cruzada de los valores, aunque resultan poco visuales e intuitivas.
  • Gráficos de dispersión. Representan la correlación entre dos variables. También pueden evolucionar hacia un gráfico de burbujas y añadir una tercera variable.

4. Limita la interactividad

La interactividad es una herramienta única del entorno digital, que amplía las posibilidades de los dashboards y la cantidad de información que es posible consultar. Estos elementos incluyen los filtros y menús desplegables, los clics sobre los gráficos para desplegar información más detallada, los tooltips o la posibilidad de hacer zoom y cambiar el formato de la visualización de datos, entre otras muchas opciones.

Sin embargo, no se trata de configurar todos los componentes para que sean clicables y desencadenen alguna acción. El exceso de opciones disponibles puede paralizar y frustrar a las personas, a la vez que promueve la mala interpretación de los datos y empeora el rendimiento de la interfaz. 

Priorizar las interacciones que generan valor para el usuario, establecer parámetros predefinidos relevantes y mantener un máximo de 3 o 4 filtros visibles en cada momento simplifica el sistema y mejora la experiencia de usuario.

Los filtros permiten personalizar los resultados del dashboard, pero deben incluirse de forma coherente y relevante.
Fuente: Dribbble

5. Crea diseños responsive

Aunque el diseño responsive es una premisa básica para el desarrollo de interfaces usables y accesibles, su aplicación a los entornos de visualización de datos supone algunos retos. El uso de smartphones y tablets requiere el desarrollo de gráficas simplificadas y limitadas a los KPIs más relevantes. Mostrar lo esencial, mantener la información más compleja como una opción bajo demanda, desarrollar grids flexibles y ocultar los filtros mediante botones desplegables son algunos recursos para mejorar la usabilidad en pantallas pequeñas.

Por otra parte, el diseño de dashboards debe tener en cuenta las necesidades de los dispositivos táctiles. Estos permiten aprovechar la navegación intuitiva a través del scroll, pero también deben ofrecer una mayor separación entre componentes y un mayor tamaño de los botones. Incluir algunos gestos con los que el usuario está familiarizado, como el deslizamiento lateral, la doble pulsación o el pellizcar para hacer zoom puede resultar útil, siempre y cuando no resulten obligatorios o la única manera de acceder a la información.

El diseño de dashboards para pantallas pequeñas requiere replantear la estructura y componentes de la interfaz.
Fuente: W3Layouts

 6. Propón acciones de mejora

El objetivo principal de los dashboards es mostrar diferentes métricas, pero estas herramientas también pueden diseñarse para la interpretación de datos y la generación de conclusiones. Por lo general, los profesionales que utilizan dichos recursos buscan entender la situación actual, con el fin último de determinar cómo implementar soluciones o mejoras. Facilitar la toma de decisiones informadas, por lo tanto, convierte estas interfaces en un producto muy valioso para el negocio.

Así pues, un dashboard también puede recomendar acciones basadas en las tendencias actuales y ofrecer insights sobre los siguientes pasos que debería emprender la compañía. Los mensajes que aconsejan revisar determinadas campañas o productos, la sugerencia de redistribuir el presupuesto entre los distintos departamentos o la propuesta de revisar un correo electrónico con una baja tasa de apertura son algunos ejemplos de entornos pensados para actuar de forma proactiva.


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