7 consejos para el diseño de newsletters

Según un estudio de Statista, se estima que cada día se envían unos 347 billones de correos electrónicos en todo el mundo. Los usuarios reciben una gran cantidad de mensajes en su bandeja de entrada, que compiten por ser vistos, abiertos y leídos. Sin embargo, la realidad es que la mayoría de ellos son ignorados, eliminados o marcados como spam. En el peor de los casos, incluso pueden hacer que el destinatario cancele la suscripción y se desvincule definitivamente de la marca o servicio.

Así pues, lograr la apertura y conversión del usuario a través de las newsletters es una tarea compleja, donde la creación de diseños atractivos resulta determinante para destacar en un entorno digital saturado y captar la atención del usuario. 

En este artículo damos algunos consejos para mejorar la efectividad de esta herramienta de comunicación. Abordaremos desde el momento en que el usuario encuentra el correo electrónico y valora si abrirlo o descartarlo, hasta que accede a leerlo y busca una experiencia relevante y personalizada.

1. Consigue que te lean

Tras la recepción del email, el usuario decide si le interesa abrirlo en base a tres elementos clave: el remitente, el asunto y el preheader o preview

El remitente debe ser reconocible y fiable, por lo que debe utilizar el dominio de la compañía y huir de terminaciones genéricas como @gmail.com o @hotmail.com. Puede ser el nombre de la empresa o personalizarse con el nombre de un empleado (Irene de GammaUX, por ejemplo), pero también indicar el tipo de contenido (GammaUX Newsletter) o referirse a equipos y departamentos (como UX Designer de GammaUX o Strategy Team).

El asunto debe ser atractivo y breve, a la vez que ofrece la suficiente información sobre el contenido de la newsletter. Es recomendable que no supere los 60 caracteres para que se visualice completamente en los distintos gestores de correo electrónico, evitando el uso de mayúsculas y el exceso de signos de puntuación. Tampoco debe caer en mensajes sensacionalistas o con un tono promocional excesivo, ya que suelen asociarse con el spam.

En cambio, algunas estrategias para lograr asuntos más atractivos son: incluir el nombre del destinatario, números, emoticonos, juegos de palabras o preguntas, además de términos relacionados con la marca que sean reconocibles por su comunidad y que generen un sentido de pertenencia y familiaridad.

Finalmente, el preheader o preview debe ser una extensión del asunto, ampliando la información y reforzando la temática del email. Su propósito es el de aportar contexto y nuevos detalles sobre el propósito del mensaje, por lo que es importante evitar que aparezca el texto de “Abrir email en el navegador”. Su visibilidad suele estar condicionada por la extensión del asunto.

Bandeja de entrada con asuntos y preheaders en diferentes niveles de visibilidad. 
Fuente: GetResponse

2. La importancia del responsive

El desarrollo de un diseño responsive garantiza que el contenido se mostrará correctamente en los distintos navegadores y dispositivos, evitando que los textos queden cortados o que se solapen con las imágenes, por ejemplo. En un momento en que el entorno mobile supera el 50% del tráfico internacional, diseñar para smartphones y tablets es una apuesta por la usabilidad y la creación de una buena experiencia de cliente.

Algunas buenas prácticas para el desarrollo de newsletters responsive son:

  • Aumentar el tamaño del texto y del interlineado para mejorar la legibilidad.
  • Adaptar las dimensiones del CTA para que se pueda clicar con el pulgar, dejando espacio en blanco alrededor del mismo.
  • Evitar los enlaces a páginas no responsive y priorizar los deep links.
  • Reducir el contenido y condensar las secciones menos relevantes.
  • Limitar el remitente y el asunto a unos 30 o 40 caracteres.
Crear un diseño responsive mejora la legibilidad de las newsletters en los distintos dispositivos.
Fuente: Mailjet

3. Refleja tu identidad visual

Mostrar la identidad corporativa de forma consistente a través de los distintos correos de la compañía refuerza el reconocimiento y la confianza del cliente. Incluye siempre el logotipo de forma clara y visible, define una paleta de colores fija para los encabezados, los CTA y los textos largos y escoge un máximo de dos tipografías con un buen contraste entre ellas. 

Evita el uso de imágenes genéricas o de stock, ya que el usuario puede haberlas visto asociadas a otra marca o producto. Establece una jerarquía para el orden en el que se muestran los contenidos y finaliza siempre con el mismo footer, incluyendo información sobre los datos de contacto y los enlaces a las redes sociales.

La imagen corporativa puede reflejarse con la elección de colores y tipografías, pero también con el uso de fotografías propias y el tono o lenguaje característico de la marca.
Fuente: InboxFlows

4. Equilibra el uso de texto, imagen y vídeo

Los grandes párrafos de información dificultan la concentración y disminuyen el interés del lector. Los emails repletos de imágenes, infografías o ilustraciones, por su parte, pueden ofrecer un mensaje difuso y tardar mucho tiempo en cargarse.

Así pues, la clave está en encontrar el equilibrio. Incluye imágenes relevantes para ilustrar la información, intercalándolas entre los distintos bloques de texto. Asegúrate de que utilizan formatos compatibles con la mayoría de exploradores (como .jpg, .png o .gif), que se muestran con buena calidad pero con un peso optimizado y que incluyen el atributo ALT, ya que este influye en si un mensaje es considerado como spam

El uso de vídeos, por su parte, ofrece ciertas limitaciones e incompatibilidades con muchos gestores de correo electrónico. Aunque su capacidad para generar engagement es mucho mayor, se recomienda no insertarlos en el propio mensaje y, en su lugar, incluir una imagen o gif que enlace al vídeo alojado en una plataforma externa.

Ejemplo de un email de Booking, donde el uso de imágenes evocadoras se combina con información práctica de los destinos.
Fuente: InboxFlows

5. Escoge bien el CTA

Los call-to-action son la herramienta que conduce al usuario desde el email hasta la realización de una acción concreta con la marca o servicio. Según un estudio de WordStream, los emails con un único CTA convierten hasta un 371% más que aquellos que contienen dos o más.

Ubica el CTA en un lugar visible y contrastado, recurriendo a un texto breve pero personalizado. Es importante evitar mensajes genéricos y ambiguos como «Pruébalo» o «Suscríbete». En su lugar, apuesta por mensajes vinculados al asunto del email y que aporten más información, como “Pruébalo gratis durante 60 días” o “Suscríbete al blog”, por ejemplo. 

También se recomienda asignar colores distintos para cada modalidad de acción y situar este elemento en la mitad superior del contenido. Añadir opiniones o datos clave de otros usuarios bajo el CTA, además, puede ayudar a generar confianza y aumentar la conversión.

Ejemplo de un pequeño bloque de texto que resuelve las principales dudas del usuario justo debajo del CTA.
Fuente: Nomad Chefs

6. No descuides el footer

Su posición al final de la newsletter puede llevarnos a pensar que el footer es un elemento secundario, pero dotarlo de un buen diseño puede ayudar a aportar credibilidad y reforzar el mensaje de ventas. 

Este elemento tiene algunos requisitos legales básicos, entre los que se encuentra la necesidad de incluir las formas de contacto y la opción para darse de baja de los emails de la compañía. Aunque también supone una oportunidad para añadir elementos complementarios, como pueden ser los enlaces a las redes sociales, el eslógan de marca, un código de descuento o la ubicación de los puntos de venta.

Footer que incluye el logotipo, el eslógan, la promoción de la app corporativa, los valores diferenciales de su tienda online y los enlaces a las redes sociales.
Fuente: Lidl

7. Transmite humanidad y cercanía

Finalmente, un buen diseño de correo electrónico es aquel que ofrece un mensaje personalizado y relevante para cada individuo. Esto puede conseguirse mediante contenido dinámico y recomendaciones basadas en su historial de visitas y compras previas, pero también a partir de ofertas en los servicios en los que ha demostrado interés o en los productos de su carrito abandonado.

El objetivo último es que el usuario perciba las newsletters como una conversación personal con la marca, en lugar de como un mensaje publicitario que se ha enviado de forma indiscriminada.

Dirigirse al usuario y ofrecerle información relacionada con su actividad mejora la confianza y el sentido de pertenencia.
Fuente: TheFork

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