El Diseño creativo y el Diseño democrático son dos corrientes de diseño aparentemente excluyentes, aunque ambas comparten el objetivo de crear productos relevantes y que mejoren la experiencia de usuario. Ambos enfoques han experimentado una gran evolución en las últimas décadas, con el fin de adaptarse a los rápidos cambios en las necesidades de los usuarios y a los mercados altamente competitivos.
Entender las características, ventajas e inconvenientes de cada uno de ellos facilita la elección de la estrategia a aplicar sobre el desarrollo de un determinado producto o servicio, fomentando el diseño de soluciones memorables y que permitan alcanzar los objetivos de negocio.
El Diseño creativo
El nacimiento del Diseño creativo suele vincularse a los movimientos artísticos del modernismo y el posmodernismo europeos, que tuvieron lugar entre finales del siglo XIX y las últimas décadas del siglo XX. Artistas como Wassily Kandinsky o Marcel Duchamp, junto a la aparición de nuevas formas de pensar como el futurismo o el constructivismo, marcaron una época marcada por el rechazo a las convenciones establecidas. En su lugar, se defendía la búsqueda de innovación y la experimentación en todas las áreas del arte y el diseño.
Así pues, el Diseño creativo es una filosofía basada en la exploración de nuevos conceptos a partir de la imaginación y la creatividad. Busca soluciones originales que sean capaces de inspirar y sorprender, potenciando el pensamiento disruptivo y el uso de las nuevas herramientas disponibles, como por ejemplo la tecnología y los nuevos materiales.
Algunas compañías que aplican este enfoque son Apple, Nike o Tesla.
Ventajas e inconvenientes del Diseño creativo
El Diseño creativo tiene una gran capacidad para actuar como motor de cambio, ofreciendo las siguientes ventajas:
- Fomenta la innovación, el pensamiento lateral y las nuevas formas de pensar. En el mejor de los casos, incluso puede iniciar una revolución en la industria de la compañía.
- Facilita la diferenciación, ya que ofrece ideas novedosas y una identidad única de marca, aumenta su percepción de valor y la sitúa por encima de los competidores.
- Mejora la experiencia de usuario, logrando que los productos y servicios sean más atractivos y memorables. También puede mejorar la retención y fidelización de clientes, al establecer conexiones emocionales y aumentar la lealtad hacia la marca.
- Mejora la adaptabilidad de la empresa ante los cambios del mercado y los usuarios, manteniéndola en una posición relevante y competitiva.
Sin embargo, también cuenta con algunos inconvenientes:
- Posible pérdida de funcionalidad del diseño, que antepone la estética y la originalidad a las soluciones más prácticas.
- Falta de aceptación de los usuarios, cuando las nuevas ideas son rechazadas por resultar extrañas o difíciles de entender.
- Coste elevado, debido a la necesidad de realizar un proceso creativo largo y basado en la experimentación iterativa, junto a la producción de un diseño novedoso.
- Mayor riesgo a la obsolescencia en mercados en constante evolución, donde los diseños clásicos y atemporales pueden resistir mejor al paso del tiempo.
El Diseño democrático
Por su parte, el Diseño democrático se asocia al creciente interés por los principios de usabilidad de Jakob Nielsen, la experiencia de usuario y el diseño participativo que ha tenido lugar desde finales del siglo XX. Esta corriente ha evolucionado junto al desarrollo de las nuevas tecnologías y las redes sociales, cuyos entornos han permitido la colaboración y retroalimentación entre individuos.
El Diseño democrático sitúa al usuario en el centro y lo involucra activamente en el proceso de diseño, a la vez que fomenta la creación de productos sostenibles, inclusivos, accesibles y funcionales para la mayor cantidad posible de personas. En conjunto, esta filosofía se centra en resolver problemas y necesidades de forma efectiva, incorporando conceptos como la equidad, la cocreación y la responsabilidad social.
Algunas compañías que aplican este enfoque son LEGO o Airbnb, siendo IKEA el ejemplo más destacado.
Ventajas e inconvenientes del Diseño democrático
El Diseño democrático permite adaptarse a una sociedad cada vez más diversa, conectada y globalizada, ofreciendo las siguientes ventajas:
- Aporta valores de inclusión y diversidad, al garantizar que los diseños integran las diferentes perspectivas, experiencias y necesidades de los usuarios.
- Mejora la experiencia de usuario, ya que se le involucra en el proceso de diseño, ofreciéndole soluciones relevantes y adaptadas a sus necesidades y preferencias.
- Impulsa las mejoras sociales, debido a que aprovecha el conocimiento colectivo para abordar problemas socioeconómicos, éticos o medioambientales.
- Reduce el riesgo al error, en la medida en que la retroalimentación constante permite identificar y corregir posibles errores durante el proceso de diseño.
Sin embargo, también cuenta con algunos inconvenientes:
- Proceso de diseño lento y complejo, marcado por la participación de numerosas partes, que pueden entrar en conflicto y ralentizar la toma de decisiones.
- Pérdida de flexibilidad, ya que la necesidad de obtener y analizar de forma recurrente las opiniones de los usuarios dificulta la rápida adaptación al mercado.
- Posible disminución de la calidad del producto o servicio final, al querer satisfacer las preferencias de todas las partes implicadas, perder el propósito inicial del proyecto y diluir la imagen de marca.
- Riesgo de sesgos en los resultados de investigación, debido a un mal tratamiento de los datos o a la representación desigual de los usuarios, por ejemplo.
Tanto si quieres apostar por el Diseño creativo como si prefieres iniciar un proyecto de Diseño democrático, en GammaUX contamos con un equipo de profesionales que resolverá todas tus dudas. Contáctanos sin compromiso y te ayudaremos a impulsar tus ideas para el desarrollo de nuevos productos y servicios. ¡Te esperamos!