En el ámbito del diseño de productos y la experiencia de usuario, la incorporación de herramientas de realidad virtual (RV) ofrece un sinfín de posibilidades para la creación de entornos inmersivos. Combinar la tecnología de RV con los dispositivos hápticos, además, difumina las limitaciones de las interfaces tradicionales, permite el desarrollo de escenarios realistas capaces de simular sensaciones físicas y logra una experiencia de usuario más intuitiva, emotiva y memorable.
Tom Carter, CEO y cofundador de la empresa especializada en háptica UltraLeap, declaraba que “para que los mundos físico y digital converjan, la forma en que interactuamos con ellos también debe converger”. Los sistemas hápticos generan un feedback o retroalimentación entre el usuario y el dispositivo, transforman los elementos virtuales en objetos tangibles mediante el sentido del tacto y los acercan a nuestra realidad física.
En este post hablamos sobre los principales dispositivos hápticos que existen, así como de qué manera pueden transformar la forma en que las personas interactúan con los productos y servicios.
1. La retroalimentación táctil o cinestésica
El ser humano utiliza el sentido del tacto para conocer la forma, peso o textura de todo cuanto le rodea. Desde un punto de vista psicológico, tocar algo ofrece más confianza y seguridad que simplemente verlo.
Por este motivo, ya existen numerosas opciones de guantes táctiles que permiten interactuar con entornos de realidad virtual. Uno de los más conocidos es SenseGlove, un dispositivo capaz de generar sensaciones vinculadas al tamaño, la rigidez y la resistencia de los elementos digitales, que pueden sujetarse, empujarse o apretarse con naturalidad. Es utilizado por marcas como Volkswagen para formar a los empleados en el ensamblaje de los vehículos. O por Procter & Gamble Health para empatizar con los pacientes con lesiones nerviosas, por ejemplo.
Otras interfaces hápticas que se basan en la cinestesia (entendida como el movimiento humano) son los sistemas de trackeo de movimientos de la empresa Ultraleap o el guante háptico WeTac. Un hidrogel adhesivo con 32 electrodos que se colocan sobre la mano y los dedos a modo de segunda piel. Este producto, desarrollado por un grupo de investigadores de la Universidad de la Ciudad de Hong Kong, genera corrientes eléctricas que simulan distintas sensaciones táctiles y permiten captar una gran variedad de gestos.
2. Los sistemas vibrotáctiles
Mientras que el sistema táctil supone la recreación de diferentes sensaciones, el sistema vibrotáctil ofrece una implementación más sencilla basada en la generación de vibraciones controladas. El ejemplo más claro es la pequeña vibración que emiten los móviles tras un clic en la pantalla, especialmente durante los procesos de escritura, que simula la sensación táctil de un botón físico y mejora la usabilidad.
Este recurso ha sido ampliamente explorado por el sector de los videojuegos, donde encontramos productos como el Rumble Pak para la consola Nintendo 64 (1997), el DualShock Controller de PlayStation 2 (2000), el joystick Sidewinder Force Feedback (1995) o el controlador Microsoft Sidewinder Gamepad (1997), entre otros muchos ejemplos más recientes.
En el ámbito de la realidad virtual y la experiencia de usuario, algunos ejemplos de dispositivos vibrotáctiles son:
- El Haptic Vest desarrollado por Woojer, un chaleco háptico con motores de vibración que permiten sentir impactos, golpes y vibraciones en diferentes partes del cuerpo. Está pensado para actividades de gaming y para el visionado inmersivo de películas y conciertos. También permite escuchar música y componer a partir de las frecuencias que emite por todo el cuerpo.
- El Teslasuit, un traje de cuerpo entero que captura los movimientos y ofrece feedback vibrotáctil al usuario. Proporciona una estimulación muscular realista en entornos de RV y monitoriza las respuestas del organismo, lo que permite un análisis avanzado sobre el estado de salud. Es utilizado por más de 50 centros de investigación en los sectores aeroespacial, automovilístico, médico y deportivo, entre otros.
- El 3D Rudder, un dispositivo de control de movimiento que se coloca en el suelo. El usuario interactúa con el mundo digital en una posición sentada y mediante los pies, que reciben una retroalimentación en forma de vibraciones. Permite liberar las manos y fomenta una sensación de desplazamiento más libre, natural y precisa que mediante el uso tradicional de joysticks. Aunque se trata de una tecnología de PlayStation VR, su propuesta podría extrapolarse a entornos de navegación por interfaces en dos o tres dimensiones.
3. Los dispositivos hápticos térmicos
Los dispositivos hápticos térmicos ofrecen una experiencia táctil a partir de las sensaciones de frío y calor. Estos productos simulan sensaciones térmicas en la piel del usuario mediante tecnologías termoeléctricas y de flujo de aire controlado, a la vez que aprovechan la capacidad del sistema nervioso para generar respuestas físicas y emocionales a los cambios de temperatura.
Un buen ejemplo es el Ultrahaptics STRATOS Explore, una plataforma que combina la retroalimentación táctil y térmica para proporcionar una experiencia de usuario inmersiva. Pensado para tareas de investigación y desarrollo, puede implementarse en una amplia variedad de ámbitos para mejorar otros productos y ofrecer experiencias innovadoras. Permite la creación de botones y deslizadores virtuales, así como la configuración de vibraciones y alertas hápticas. También puede crear sensaciones vinculadas a texturas y a elementos como rayos, fuego, nubes o burbujas, entre otros.
Otro producto interesante es Feelreal VR Mask, un accesorio que se coloca en las gafas de realidad virtual y genera sensaciones de calor, frío, lluvia, viento, vibración y hasta 255 olores distintos, entre otras funciones. El olfato es el sentido que da lugar a una reacción neurológica más intensa y capaz de estimular la memoria y las emociones y, al estar vinculada con el sentido del gusto, también favorece la experimentación de sabores.