Netflix sigue demostrando que no está donde está por casualidad. Este mes de octubre ha dado que hablar su apuesta por los contenidos interactivos, que estrenará a lo grande en un capítulo de la quinta temporada de Black Mirror. Un camino del que poco sabe la televisión todavía, pese a pequeñas pinceladas en series como Hawaii Five-0 (CBS) o Mosaic (HBO).
Esta decisión ha sorprendido incluso a los críticos, pese a las primeras pruebas que la plataforma estadounidense de streaming ha hecho para los más pequeños con El Gato con Botas: Atrapado en un cuento épico, Buddy Thunderstruck: The Maybe Pile y Stretch Armstrong: The Breakout. Ahora, todo apunta a que esos contenidos interactivos eran ensayos hacia algo mucho más grande.
Contenidos interactivos: el siguiente paso
Los contenidos interactivos presentarán al espectador la posibilidad de decidir hacia dónde se dirigirá la trama de las series. Para ello, el equipo de producción deberá tener presentes todos los posibles escenarios hacia los que puede girar el argumento al más puro estilo de un videojuego.
¿Pero qué implica esto?
Para que sus lectores lo entendiesen, el suplemento digital Verne de El País comparaba la interactividad con la saga literaria de Elige tu propia aventura (Edward Packard y R. A. Montgomery), en la que podíamos tomar decisiones como lectores que nos llevaban a todo tipo de finales.
No es casual tampoco la relación comercial que Netflix ha iniciado con la empresa de videojuegos TellTale Games. El estudio ha utilizado este sistema para crear aventuras interactivas de sagas como Juego de Tronos, The Walking Dead o Batman. Junto a ellos, Netflix pretende llevar el superventas Minecraft: Modo Historia a la plataforma televisiva.
Esta nueva forma de explicar historias puede haber encontrado en Netflix un ecosistema ideal para crecer, como ya explicó su actual directora de innovación, Carla Engelbrecht Fisher. Es algo que ya hemos visto en YouTube, donde la no dependencia de horarios para la programación y la gran oferta de contenidos son sus dos mejores bazas. Y Netflix comparte estas características con el gigante audiovisual de Google.
El usuario, en el centro del contenido
Desde su creación, Netflix ha apostado por colocar al usuario en el centro de toda su estrategia. Así lo hizo poniendo a disposición de los espectadores el contenido que querían cuando ellos lo querían. Ahora, los contenidos interactivos y los datos que estos proporcionan serán el caldo de cultivo para poder dar al usuario no solo el contenido que quiera en el momento que quiera, sino para adaptarlo a la historia que desee ver en todo momento.
Pero no solo eso: los contenidos interactivos abren un abanico de opciones casi ilimitado para conocer mejor a los usuarios. La toma de decisiones de cada espectador proporcionará datos de todo tipo sobre qué experiencias está buscando. Aquí la segmentación será clave: ¿qué historia quiere crear un público infantil?, ¿qué decisiones toma la población de mediana edad? Sin duda, toda esta información será vital para que el campo de los contenidos interactivos siga creciendo y mejorando día tras día.
Los contenidos interactivos ya son el futuro, y parece que es Netflix quien marca el nuevo camino a seguir. ¿Serán capaces el resto de las plataformas digitales y, sobre todo, los medios tradicionales de adaptarse a esta nueva forma de narrar historias? Y, mucho más importante, ¿cuál será la reacción del público ante este nuevo poder de decisión? Una vez más, quedará en manos de los espectadores.