Durante el 2019, los métodos de pago por contactless y móvil con tecnología NFC experimentaron un crecimiento histórico. De hecho, el uso de tarjetas batió récords y se realizaron 4.536 millones de transacciones con tarjeta (16,2% más que el año anterior). Son las cifras más altas históricamente recopiladas por el Banco de España.
Con este escenario y con la llegada del COVID-19 y las restricciones de contacto físico y distanciamiento social, el uso de estas formas de pago ha ido aumentando. ¿Cómo se están utilizando en la actualidad? ¿Se utilizan varios métodos? ¿Qué nos espera en el futuro? Estas y otras preguntas son las que vamos a intentar responder en este post.
Pero antes de empezar, cabe mencionar la controversia acerca del pago en efectivo en relación al COVID-19. Desde la OMS afirman que el problema en sí no sería el pago con dinero en efectivo, sino el no lavarse las manos después de su uso y tocarse la boca, los ojos o la nariz. El pago con tarjeta podría exponer igualmente a las personas en el caso de introducir el código PIN o tener que realizar una firma. Finalmente, la OMS explica que aunque el dinero en efectivo no está expandiendo la enfermedad, reconoce que el virus puede permanecer activo en él varios días.
La tarjeta supera al cash
Después del récord de utilización de tarjetas en el 2019, durante los meses de confinamiento el método de pago con tarjeta se ha impuesto a los pagos tradicionales. También ha ayudado la medida de no tener que introducir el PIN en importes inferiores a 50€.
En cuanto al pago móvil, “parece que la preferencia por este método seguirá en aumento, liderada por los nativos digitales, los nuevos consumidores que buscan la inmediatez y la sencillez”, según David Valero, director general de Ingenico Enterprise Retail. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, si se paga con el móvil, hay que proceder a desinfectarlo, ya que el móvil es también una fuente de contagios después de haber tocado productos u otras superficies fuera de nuestro hogar, por ejemplo.
Todavía existen algunas trabas en estas medidas de pago sin efectivo. Como el caso de la tarjeta de débito o crédito, que no dispone de confirmación a través de PIN, y es necesaria la firma. Ante esta situación, ¿sería mejor pagar en efectivo y tener contacto con el dinero o con tarjeta y tocar el bolígrafo para firmar?
Más allá de la tarjeta y el móvil: Bizum y PayPal
Las nuevas medidas explotan métodos tecnológicos ya existentes, pero no tan recurrentes en ciertas situaciones. Es el caso de Bizum, un método de pago instantáneo entre particulares, usado para enviar y recibir dinero de forma gratuita de una cuenta bancaria a otra. En algunos casos, está integrado en las aplicaciones bancarias. En una realidad en el que el confinamiento ha terminado con la vida social de las personas fuera de sus casas (no se sale a cenar ni a tomar algo con otras personas) podría haber acabado con gran parte de las transferencias por Bizum.
Sin embargo, según detalla en La Crónica Global el director de Desarrollo de Negocio de Bizum, Fernando Rodríguez, “el número de usuarios registrados ha aumentado estos días…”. Además de los envíos de dinero entre particulares por el pago de regalos, suscripciones compartidas, recibos, etc. se ha producido un incremento en los pagos de donaciones a ONGs. “Solo en marzo se habrá recaudado casi un millón de euros en donaciones realizadas vía Bizum. En estos momentos, el efectivo se usa muy poco y ha desaparecido de la mente de las personas, por lo que las opciones digitales ganan mayor popularidad”, comentaba Fernando Rodríguez.
También, ha aumentado el uso del pago con Bizum en comercios. Según detalla el director de Desarrollo de Negocio de Bizum, 80 nuevos comercios son los que han optado por el pago digital a través de Bizum. El número de transacciones realizadas en comercio electrónico en España ha crecido un 10% en el período de cuarentena, con respecto a las dos semanas previas (informe N26).
Por otro lado, PayPal propone en España el pago por QR como otro método de seguridad ante el distanciamiento físico y así poder eliminar la necesidad de utilizar datáfonos – TPV. El comercio debe imprimir el código y el comprador tiene que escanearlo con el móvil. De esta forma, el cargo se redirige directamente a su cuenta de PayPal. Para pymes se ha establecido el servicio como gratuito hasta el 13 de septiembre. Pasada esta fecha, se aplicará una tarifa del 0,9% más 0,1€ por cada transacción efectuada.
Uso de la banca online en el contexto del COVID-19
Además de los cambios en las experiencias de pago, otra de las consecuencias de las medidas tomadas ante el COVID-19 es el aumento del uso de la banca online. Son muchos los bancos que han reducido sus horarios y han potenciado y recomendado su banca online. En algunos casos, se han compartido incluso tutoriales para poder introducir a sus clientes en el mundo de la banca digital.
Según el informe MPIx® (Mobile Performance Index), se han producido caídas en el uso general de la banca online desde marzo hasta mediados de abril. Los clientes no tienen tanta actividad financiera debido al cese del ocio activo y cierre de todo tipo de negocios. Por otro lado, el sector de la banca móvil ha crecido un 3% durante el primer trimestre de 2020 (gracias a los buenos datos de enero y febrero), llegando a alcanzar el 55,5% de uso de toda la población que tiene un smartphone. Y, durante el período de confinamiento, se ha observado un incremento en el uso de la banca web respecto a la banca móvil al estar en casa de forma habitual.
La principal duda que surge a partir de este escenario es si el aumento del uso de la tarjeta, aplicaciones como Bizum y PayPal o la banca online será algo temporal, durante el tiempo que las medidas de confinamiento y distanciamiento social estén presentes, o si, por el contrario, supondrá un punto de inflexión.
Verónica López, consultora del área de Economía Aplicada y Territorial de Analistas Financieros Internacionales (Afi), asegura que en España se ha producido un cambio de hábitos y que éstos podrían establecerse y continuar perdurando en el tiempo. López afirma que el hecho de que en España se utilizara más el efectivo que métodos como la tarjeta no era por problemas de exclusión financiera, sino por problemas de uso y todos los obstáculos para utilizar las tarjetas en algunos comercios. Sin embargo, esta situación ha cambiado la mentalidad de establecimientos y ciudadanos y todos estos pagos son bienvenidos, sin mínimos de importe y aumentando el máximo sin PIN.